Llega el verano, esa época de sol, viajes y descanso… y por supuesto, ¡de buena lectura! Estés en la playa, en el campo o te quedes en casa con una limonada bien fría, un buen libro siempre es el mejor compañero. Pero ojo: el calor, la arena o el agua pueden jugarle una mala pasada a tus historias favoritas.
Por eso, hoy te dejamos algunos consejos fáciles para cuidar tus libros en verano, sobre todo si son de segunda mano y ya tienen sus años encima. ¡Así podrás llevarlos a todas partes sin que terminen hechos un desastre!
☀️ 1. Que no se te quemen: evita el sol directo
Dejar un libro al sol no solo lo calienta, también puede decolorar la tapa y volver frágil el papel. Si estás leyendo al aire libre, intenta cubrirlo con una toalla o guardarlo en tu mochila o bolso cuando no lo uses.
🏖️ 2. En la playa, ojo con la arena
La arena es la enemiga silenciosa de las páginas. Lleva tu libro dentro de una bolsita de tela o plástico y trata de no apoyarlo directamente en la toalla llena de granitos.
💧 3. Nada de chapuzones accidentales
Los libros no saben nadar. Si vas a leer cerca de la piscina o el río, manten el libro alejado del agua y, si puedes, usa una funda impermeable para llevarlo. Las bolsas con cierre zip son ideales y baratas.
✈️ 4. Transporte seguro: que no se te doblen
¿Guardas tus libros en la maleta entre la ropa? Perfecto. ¿Los dejas sueltos con los zapatos? ¡Error! Es mejor poner tus libros entre prendas suaves o en una carpeta dura para que no se doblen ni se marquen.
🌡️ 5. Ni mucho calor, ni mucha humedad
El papel sufre con los extremos. No dejes tus libros en el coche bajo el sol ni en lugares súper húmedos.
🧴 6. Separa tus libros de los líquidos (¡y de la crema solar!)
Botellas mal cerradas, protector solar abierto… un clásico. Manten los libros en un compartimento aparte y asegúrate de que todo lo que pueda derramarse esté bien cerrado.
Si vas a la aventura y no quieres estar pendiente de si el libro se moja o se rompe, lo ideal es llevar libros usados, ediciones económicas o ejemplares que ya leíste. Y si lo terminas en el viaje, ¡dejalo por ahí para que otro lo disfrute!
Cuidar tus libros en vacaciones no es complicado, solo hace falta un poco de atención y ganas de seguir disfrutando la lectura donde sea. Los libros de segunda mano tienen mil historias… ¡y se merecen vivir una más!
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