Lectura veraniega: una propuesta para reflexionar

Uno de los mayores placeres del verano y de las vacaciones, es sin duda disponer de tiempo libre para relajarse y leer. 

La oferta literaria abunda, especialmente en verano, y a veces resulta difícil escoger un género o una temática entre el gran abanico de posibilidades que se abre ante nosotros.

Por eso desde Reciclibros te acercamos esta semana una propuesta literaria para el verano, con un toque de crítica social en torno al concepto de comunidad. 

Una invitación para reflexionar sobre la cooperación entre comunidades a nivel internacional

Una reflexión sin duda necesaria en este verano tan marcado por la pandemia del coronaviruss.

¿Nos acompañas?

Après moi, le déluge de Lluïsa Cunillé

Aunque se trata de un texto teatral, Après moi le déluge (que se traduciría por “después de mi, el diluvio”) de Lluïsa Cunillé es de lectura fácil y corta. Un texto con una temática de gran actualidad, que contiene una fuerte crítica social a la continua invisibilización a la que relegamos a los otros. 

Après moi, le déluge nos adentra en una historia de una gran agudeza crítica que mezcla sutilidad y cotidianeidad con cuestionamiento social de manera suave y natural a través de un diálogo costumbrista en el que los vacíos que dejan los propios diálogos llenan la conciencia del lector.

La historia se adentra en el corazón de África, en la capital del Congo, Kinshasa. El diálogo que pone de relieve lo que el mismo título ya deja intuir: los problemas de los otros, si a uno no le afectan, no son sus problemas.

A través de una conversación a tres, entre un hombre de negocios europeo que trabaja en una empresa dedicada al negocio del coltán (un mineral utilizado para fabricar nuestros móviles), una intérprete occidental que traduce la conversación de forma impasible y un hombre local, descubrimos mediante lo que parecería en un primer momento una conversación cotidiana, una feroz crítica contra la apatía occidental ante los problemas del mundo.

Pero si algo destaca en esta obra, es sin duda el poder y la fuerza del texto teatral a la hora de transmitir mensajes sin describirlos explícitamente.

En la obra de Cunillé, la acción es determinada por la palabra, lo invisible y las diferentes percepciones del paso del tiempo.

Los personajes en vez de darse una oportunidad para conocerse, se encierran en sus corazas para evitar hacer frente a las realidades en las que se encuentran. 

Cunillé consigue concentrar toda su crítica a través de un texto de lectura ágil y entretenida, evitando en todo momento lo explícito para abrir la puerta a la reflexión del lector.

La obra teatral fue encargada en el año 2004 por el Teatro Lliure (y coproducida por el Centro Dramático Nacional) a partir de un informe de la FAO (Organización de la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas) sobre los altos índices de mortalidad infantil por malnutrición en los países del tercer mundo. 

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